Blogia

samadhi

Cervantes clave española (1)

Julián Marías, entrañable profesor, filósofo discípulo de Ortega, escribió en 1990 una obrita titulada “Cervantes clave española” con su característico estilo sencillo, amable y enormemente erudito. A continuación reproduzco algunos de los párrafos contenidos en la edición de bolsillo de Alianza Editorial:

 

Cervantes ha sido considerado en cada época de una manera peculiar; mejor dicho, de muchas maneras dentro de cada nivel histórico; desde cada país, desde cada individuo que lo ha leído y meditado ha presentado un aspecto distinto. (prólogo, 8)

 

Cervantes escribió otras muchas cosas, sin las cuales no se lo entiende y, en definitiva, tampoco se entiende el Quijote. (prólogo, 10)

 

La obra está planteada con cierto método fenomenológico, así en el título primero, Marías aborda la posibilidad de Cervantes:

 

Si eliminamos a Cervantes de España queda un hueco que no se puede llenar: nos parece que es clave de España. Y quizá la manera más eficaz de penetrar en lo que es España sea verla en la perspectiva de Cervantes. (14)

 

Nacido en 1547, vive cincuenta y tres años en el siglo XVI. Primariamente es un hombre de este siglo, súbdito de Felipe II; nace en el tiempo del Emperador Carlos V, pero cuando abdica y luego muere, Cervantes es un niño; Felipe II muere en 1598, de modo que la mayor parte de la vida de Cervantes corresponde a su reinado. (…), es un hombre del siglo XVI, pero casi exclusivamente un escritor del XVII, del tiempo de Felipe III. Fue, claro es, un escritor; pero ¿fue un escritor profesional? Parece dudoso. (18)

 

España y Cervantes, Cervantes y España; la génesis de la nación España se aborda magistralmente en el título segundo:

 

Hay realismo, localismo, precisión geográfica, topográfica. El Quijote empieza “En un lugar de la Mancha”, y el personaje no es un héroe, un Amadís o Palmerín, es Alonso Quijano, “un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor”, y se nos explica cómo vestía y que comía cada día de la semana. Esto no pasa con los ciclos épicos de otros países. Y cuando Don Quijote decide hacerse caballero andante, atraído por las lecturas de los libros de caballerías, va a partir de las realidades más inmediatas, y no aparecerán grandes personajes, sino la sobrina y el ama y el cura y el barbero y Sancho Panza y el bachiller Sansón Carrasco; y el ventero, que le aconsejará llevar “dineros y camisas”; y aparecerán las ventas con las Maritornes y los pellejos de vino y los cuadrilleros y todo lo demás. (26-27)

 

Hay una fraternidad general y espontánea en la obra entera de Cervantes, reflejo de lo que había sido la génesis de España durante la Edad Media y parte de la Moderna: Cervantes escribe cuando la unidad española está consolidada desde más de un siglo antes. En otros países europeos esto no era así, y persistían relaciones de extranjería dentro de los territorios que hoy llamamos nacionales. Ahora hay gentes que pretenden presentar España como un “mosaico”, pero la realidad es literalmente la contraria, y los escritos cervantinos lo muestran sin proponérselo. (30-31)

 

Recuérdese la frase esencial puesta en boca de Don Quijote, con la cual evidentemente se solidariza Cervantes: “Podrán los encantadores quitarme la ventura, pero el esfuerzo y el ánimo es imposible” (…) Hay venturas y desventuras, pero el esfuerzo y el ánimo han constituido el motor, el argumento de la constitución de España. (34)

 

La España de Cervantes es la España de Felipe II y la de Felipe III de la que se habla en el título tercero:

 

La gran amenaza sobre la Cristiandad era el sultán de Turquía, de quien dependían todos los musulmanes del Mediterráneo. La batalla de Lepanto, con la Armada aliada de España, Venecia, Génova y los estados del Papa, al mando de Don Juan de Austria y del gran marino de la época, Don Álvaro de Bazán, Marqués de Santa Cruz, frenó durante mucho tiempo la amenaza islámica. Para Cervantes fue el momento capital de su vida, y tuvo clara conciencia de su alcance histórico. (38)

 

La impresión de decadencia es un espejismo. La habrá más adelante y es asunto que reclama revisión y precisiones, pero no entonces. Cervantes muere en 1616, cinco años antes que Felipe III, y cuando se lo ve como el escritor de la decadencia, se falta a la verdad. Cervantes tiene zozobra, preocupación, ve síntomas inquietantes, tiene sueños superiores a lo que ve en torno, a los que teme que habrá que renunciar; ha vivido el momento cumbre de Lepanto y está convencido de que no se va a repetir, pero eso no es decadencia. (48)

 

Si se quiere caracterizar esta segunda etapa, más grave, de su vida, la que acontece en tiempo de Felipe III, la de escritor, yo la llamaría la dilatación de la vida. La vida española se dilata y a la vez tiene menos tensión. Diríamos que después de haber absorbido intensamente realidad durante todo el reinado de Felipe II, en que España, verdaderamente apasionada, está en todas partes y se afana por todo, hay una época de expresión, con una mayor holgura. Si se mira bien, esto se refleja en lo que será la vida de Cervantes: la absorción de realidad durante la primera parte de su vida, la expresión a la que dedica los últimos años, y que va a ser la casi totalidad de su obra. La obra de Cervantes se engendra en tiempo de Felipe II, (…) y se realiza, se expresa, en la España de Felipe III. (52)

 

La genial anomalía de Cervantes parece deberse en buena parte a la extraña entremezcla de generaciones de la España cervantina (título cuarto):

 

Cervantes sale de España en 1569, atraído por Giulio Acquaviva, legado del Papa. Va a Italia, donde será soldado; dos años después combate en Lepanto, recibe arcabuzazos en el pecho y en la mano izquierda, cuyo uso pierde; pasa largo tiempo en el hospital; curado de sus heridas, se vuelve a incorporar a las tropas españolas y continúa su vida militar. Cuando el año 1575 se dispone a volver a España le sobreviene un azar: la galera en que viaja es hecha prisionera y es conducido como cautivo a Argel. (…) Si hay un caso ejemplar de una trayectoria frustrada por un azar, es este. Cervantes permanece en el cautiverio hasta 1580. Es decir, falta de España once años, en una ausencia total, no comparable a las habituales en nuestro tiempo; está radicalmente separado de su país durante once años. Al volver a un país bastante distinto tiene un momento de vacilación, que habrá que considerar más adelante: acaso va a ser soldado – estuvo en Lisboa, en África, acaso en las Azores - , finalmente decide ser escritor y termina un libro, La Galatea, que publica en 1585. (59)

 

Cuando publica el Quijote es, dadas las condiciones de su época, casi un viejo, de cincuenta y ocho años, y a la vez es un recién llegado, autor solamente de un libro no muy importante, anticuado cuando apareció veinte años atrás. Un viejo recién llegado y encima genial. (61)

 

Como escritor nunca pudo incorporarse plenamente a la generación siguiente. Tuvo una relación agridulce con los demás autores. Parece que Lope de Vega escribió en una carta fechada en 1604, antes de la aparición del Quijote, que había muchos poetas, pero ninguno tan malo como Cervantes ni tan necio que alabe a Don Quijote; desearía que no fuese verdad. Cervantes era distinto, venía de otras cosas, de las ventas y caminos de la Mancha y Andalucía – y de Lepanto y de Argel - , no era nadie, un pobre hombre; pero sabía quién era. Habrá que ver más adelante las cosas que va dejando caer, por ejemplo en el Viaje al Parnaso. (…) Nunca fue un personaje; nunca tuvo dinero, porque sus libros no le dieron mucho y los mecenas tampoco mucho; el Cardenal Bernardo de Sandoval y Rojas, arzobispo de Toledo, y el Conde de Lemos, se portaron bien con él, pero sin exagerar. (…) Una figura extraña, extemporánea, tardía, de después de su tiempo, con una obra históricamente póstuma, porque Cervantes tuvo que morir o declinar hacia 1601 y apenas hubiese existido como escritor. Tuvo una especie de suplemento, un don gratuito, Dios le concedió el plazo de una generación más de vida para escribir lo que conocemos como la obra de Cervantes. Si hubiese vivido lo normal, no existiría. ¿Parece floja anomalía? Lo que parece extraño, sospechoso, desorientador en Cervantes se explica simplemente situándolo y tomando en serio lo que sabemos. (63)

 

Vida artificial

Se nos anuncia que en un laboratorio estadounidense han logrado originar materia viva a partir de elementos inertes. De manera que, si este logro se afianza y perfecciona, el homo sapiens está en condiciones de diseñar nuevos tipos de seres vivos con unas características determinadas de antemano y sin emplear materia viva en su “fabricación”.

 

Desde diversos ámbitos se viene anunciando desde hace tiempo que los avances en biotecnología van a constituir una nueva revolución en la historia del hombre. Las nuevas posibilidades de clonación, crionización o alteración genética ya están afectando decisivamente en nuestras vidas, por ejemplo en el ámbito de la producción alimentaria o en el de la reproducción asistida. A los españoles ya nos afecta en lo más castizo: desde hace unos días ya está pastando en una finca palentina “Got”, una cría clonada de toro bravo.

 

El hombre va perdiendo por un lado su posicionamiento privilegiado y glorificado en el universo conocido, y por otro avanza en la comprensión y dominio del mundo material. Así ha sido con dos de los grandes pasos científicos dados en el pasado: La Revolución Copernicana y la Teoría de la Evolución de las Especies de Darwin; en el primer caso, el planeta tierra deja de ocupar el centro del universo pasando a un lugar periférico y alejado, ínfimo en la inmensidad del firmamento, pero desde esa certeza astronómica se avanza con mayor profundidad y acierto en el conocimiento interestelar; en el segundo caso, el hombre deja de ser constitutivamente diferente del resto de los seres vivos y queda definitivamente incorporado al curso inapelable de la evolución de las especies, pero eso nos permite conocer con mayor claridad las pautas etológicas de nuestra estirpe biológica y descartar más lastre metafísico del pasado.

 

La altísima complejidad tecnológica de las diferentes ramas de la ciencia ha tenido y tiene derivaciones decisivas en el orden social, como la Ilustración y la Revolución Francesa del siglo XVIII, la Revolución Industrial del siglo XIX, la Revolución Informática y de la Comunicación del siglo XX; todo parece indicar que la nueva gran revolución del siglo XXI será la de la biotecnología en la ciencia, de la que aventurar sus implicaciones sociológicas no pasa de ser un ocioso relato de ciencia ficción escasamente provechoso, no obstante se trata de una cuestión que nos impele con fuerza a adoptar urgentes decisiones de carácter ético y jurídico para las que como siempre nos encontramos a contrapié y escasamente preparados, inmersos en una complicada vorágine relativista, desnortados en una inmensa crisis económica e ideológica a la que nuestro nuevos compañeros de la biosfera industrial podrán aportar algunas soluciones o quizás agudizar velozmente la distaxia.

De la belleza y de lo bello

La cuestión de qué es lo bello parece más oportuna que la búsqueda de un significado al término “belleza” en tanto que éste se acerca a una sustantivación cargada de implicaciones idealistas no deseables filosóficamente. Así pues, “lo bello” denota algo que está en el mundo de los objetos corpóreos y no en un mundo de las Ideas al que nos arrastraría el significante “belleza”. Lo bello trataremos de encontrarlo en los datos cercanos, tangibles y actuales de “lo” que se nos hace presente a través de los sentidos.

 

Define la Real Academia de la Lengua lo bello como lo que tiene belleza, y también se refiere el término a lo bueno y excelente. Es pertinente pues atender al significado académico de belleza: “propiedad de las cosas que hace amarlas, infundiendo en nosotros deleite espiritual. Esta propiedad existe en la naturaleza y en las obras literarias y artísticas”. No debe olvidarse esta otra acepción: “mujer notable por su hermosura”, tan importante o más que la primera sin que haya en esta calificación ningún ánimo superfluo de lisonja hacia el sexo fuerte de nuestra época.

 

Parece por tanto inevitable la relación de lo bello con la pasión y con las emociones, primariamente con las pulsiones. Pero las pulsiones tienen una teleología, una función y una causalidad que en el animal humano como en otros animales superiores está sustentada en la sexualidad, en la libido que es fuente inagotable de toda pasión y que ulteriormente se modula en formas diversas, etéreas, confusas, aparentemente irracionales,… sublimadas. El esfuerzo de racionalizar y contener esta producción destilada de la libido, está estrechamente relacionado con la cuestión de la belleza y la instrumentación y análisis de sus operaciones tecnológicas e históricas a través de la estética.

 

La antropología y la psicología han desmenuzado ese componente animal que adopta su manifestación más pura y grosera en la tierna infancia. La extraña y cautivadora relación del neonato con la madre, en la que la necesidad de protección y el instinto de supervivencia se amalgaman con unos afectos rudimentarios, con apresuradas y atropelladas percepciones carentes de significación como puedan ser el rictus de la madre que muy pronto se asocia a un amable y tranquilizador abrazo o a una suculenta dosis alimenticia, el compás del corazón materno que nos anuncia y nos instruye sobre el ritmo de los días con sus actos rutinarios, luces, colores y olores, y tantos otros “qualia” que se van adhiriendo e imantando con emociones cada vez más elaboradas e interconectadas entre ellas, pero que no perderán un imprescindible hilo de funcionalidad, aprovechamiento pragmático y materialidad por muy camuflado, enmascarado u oculto que pueda encontrarse.

 

La elaboración de estas casi reflejas pasiones en la edad adulta alcanzará alturas vertiginosas por mediación de las complejas elaboraciones sociales y culturales; la sofisticación que se observa desde el arte griego en el que predominan las claves geométricas, la proporcionalidad, el equilibrio, la simetría, tienen que ver con un aspecto saludable y utilitario eficazmente captado e interpretado por nuestro código genético ya en la apercepción del recién nacido. Pero por una extraña perversión que genera el eterno fluir heraclíteo de todas las cosas, lo apolíneo pronto se nos antoja plomizo y aburrido y brota el hastío de lo bello. En el continuo devenir se da la exaltación y el decaimiento, la generación y la corrupción.

La deconstrucción y compartimentación del “hombre posmoderno”, ingenuo si no idiota devorador del mercado pletórico, ha confinado el asunto como ingrediente de una abigarrada papilla para consumo del vulgo, con manifestaciones por ejemplo en las que se han dado en llamar “secciones de belleza” de las publicaciones de masas, donde se pueden encontrar diversos tratados sobre cutis tersos y suaves, sobre cosmetología, frutoterapia, chocolaterapia y gastronomía para tiempos de crisis. Nada que ver con otro término escurridizo: sublime.

 

Lo bello pues tiene múltiples manifestaciones en distintos ámbitos, prácticamente todos conectados con el comercio. La moda en el vestir, ejemplo destacado de manipulación de lo bello en beneficio de lo rentable, ha tomado un ritmo frenético de cambios superficiales, pretendidamente epatantes, incluso esperpénticos, con los que se intenta llamar continuamente la atención del consumidor, forzando continuamente la conversión de los productos de temporada en obsoletos, caducos, incluso ridículos; los que sólo hace unos meses se lucían en las pasarelas como “el último grito”.

 

Ni educación ni descanso

La cuestión de la reforma educativa surge de nuevo en los medios des-informativos de nuestra España para tratar de velar y amortiguar los terroríficos efectos que tiene la postración económica y política que padecemos. El humor un tanto cínico puede ser alivio balsámico ante esta situación desesperada, así que aprovecho para tal fin, un correo que me han enviado recientemente del que extraigo las siguientes perlas aparecidas en preguntas de exámenes y sus correspondientes respuestas por parte de las víctimas de la “E.S.O.”. (Se non è vero è ben trovato):

Barroco: Estilo de casas hechas de barro.

Alfarero: El que tiene un farol.

Marsupiales: Los animales que llevan las tetas en una bolsa.

Polígono: Hombre con muchas mujeres.

Coleccionistas de sellos: Sifilíticos.

Ave Cesar morituri te salutan: Las aves de Cesar murieron por falta de salud.

Cogito, ergo sum: Le cogí lo suyo.

Ecosistemas: La tundra y la gaita.

Derivados de la leche: El arroz con leche.

Países que forman el Benelux: Bélgica, Luxemburgo y Neardental.

Cita organismos internacionales: La OJE, "Boyes Caos", USA, USS y UNI, Policía, bomberos, Socorristas y cruz roja, La ITT y la olimpiada de México, la OJE, FIFA, UEFA, EU, NASA y URSS.

Pediatra: Medico de pies.

Trabajo y energía: Trabajo es si cogemos una silla y la ponemos en otro sitio, energía es cuando la silla se levanta sola.

Quevedo: Era cojo!, pero de un solo pie.

Brisa del mar: Es una brisa húmeda y seca.

¿Conoces algún vegetal sin flores?: Conozco.

Moluscos: Son esos animales que se ven en los bares, por ejemplo el cangrejo.

Ejemplo de reptil: La serpiente "Putón"

Terremotos: Son movimientos bruscos que se tragan a las personas.
Insectos: Son una especie de aves pequeñísimas.

Mahoma: Nació en La Meca a los cinco años.

Fósiles: Son unos señores muy antiguos; Son animales que se extraen de los grandes museos, como el de Madrid

Animales polares: Son la Osa mayor y la Osa menor.

Minerales: Son animales sin vida.

El voltio: Fue inventado por Voltaire.

Qué es la hipotenusa: Lo que está entre los dos paletos.

Dónde fue bautizado Jesucristo: En Río Janeiro.

Geografía: En Holanda, de cada cuatro habitantes, uno es vaca.

Religión: Caín mató a Abel con una molleja de burro.

Quién inventó el pararrayos: Frankenstein.

Partes del tronco: Ombligo, cintura y tetilla.

Anfibios: De los huevos de rana salen unas larvas llamadas cachalotes.

Área del triángulo: Es igual a la cuarta parte de la mitad de su lado por la semisuma de la raíz cuadrada de tres.

¿Quién fue Anibal?: Fue un jefe cartilaginoso.

La conquista de Méjico: Fue realizada por dos extremeños: Menéndez y Pelayo.

Glaciar alpino: Se llama así porque arrastra muchos pinos.

Así están las cosas.

Palacio de los Cárdenas

Declarado Monumento Nacional el 4 de marzo de 1931.

A finales del siglo XV o principios del XVI el magnate e hijo de Ocaña, Don Diego Gutiérrez de Cárdenas (amigo personal de la Princesa Isabel, confidente de los Reyes Católicos y Comendador Mayor de León en la Orden de Santiago), casado con Doña Teresa Enríquez -la loca del Sacramento por su amor a la Eucaristía- construyó este palacio de estilo ojival-mudéjar.

 

Este importante y célebre caballero era tronco de la casa ducal de Maqueda de cuyos Duques pasó por herencia a ser propiedad de los Señores de Colmenar, recayendo más tarde en los Duques de Frías. El Duque Don José Bernardino Fernández de Velasco por escritura otorgada en Madrid, el 6 de Enero de 1862, vendió el Palacio a Don José Manuel de Goicoechea a cuyo hijo, Don José, perteneció hasta que éste lo vendió al Ministerio de Justicia, que realizó una importante obra sobre el palacio. Fue uno de los más artísticos y espaciosos edificios de Ocaña, habitado frecuentemente por la realeza castellana en sus visitas a esta Villa.


En su portada gótica y bajo un recuadro con adornos de bolas, campea una gran "S" como las que figuran en la bordura del escudo de los Cárdenas. Ocupa este Palacio una planta rectangular de grandes dimensiones y su interior lo constituye un bello patio rectangular formado por 18 columnas de piedra octogonales de estilo mudéjar, en cuyos capiteles aparecen las armas de la familia Cárdenas y Enríquez, así como las conchas de la Orden de Santiago. Rodeando el patio se alzan cuatro amplias galerías, al lado de las que hay varias habitaciones. Grandioso y escalofriante es el Palacio, bajo el marco ojival del hogar de hojas góticas que lo adornan.

A su planta alta se da acceso por una escalera de dos tramos cuyos peldaños son de piedra berroqueña y todos de una pieza, así como su balaustrada que divide dichos tramos y que está hecha en un solo trozo de pizarra de artísticos calados y con dibujos y detalles góticos. En sus galerías se abren espaciosos salones, gabinetes y demás piezas, siendo las más notables las que ocupan la fachada principal. En el extremo opuesto a ésta se encuentra un gabinete con inscripción gótica y otro mudéjar verdaderamente maravillosos. Forman los dibujos de éste, hexágonos, que cruzándola en todas direcciones resultan los lados triángulos equiláteros, en cuyos fondos se corre un friso de madera sobre el cual se haya en relieve una interesante inscripción árabe cúfica, pero con adorno y estilo mudéjar.

 

Esta inscripción se compone de 132 caracteres, siendo su traducción literal: NO HAY MAS DIOS QUE ALÁ, MOHAMED ES SU MENSAJERO (la traducción fue realizada por el Sr. Gayangos).


Proliferan en todo el Palacio, variados y artísticos artesonados, así como decorados góticos-mudéjares que adornan las puertas y ventanas, pero, sin duda alguna, lo que más llama la atención son las artísticas verjas que protegen las ventanas del exterior que dan a la Plaza del Duque, por su forjado en hierro con un entramado curioso y harto difícil, que hace sean calificadas como casi únicas.

 

(Fuente: ocañaonline)

Untraceable

Interesante película ambientada en un plomizo Portland (Oregón) con una madura pero bellísima Diane Lane, que gira entorno al tema actualísimo de la internet y sus graves peligros, entre los cuales se constata el creciente gusto por el morbo y el sadismo como un producto más de nuestro mercado pletórico para ciudadanos que nos vamos transformando en ganado de cebo.

Las claves de la crisis española

Entre las explicaciones que he encontrado sobre las causas de la crisis económico-política que padece España, la que publica hoy el ingeniero y economista Roberto Centeno en "El Confidencial" constituye una de las glosas más certeras, la ha titulado "¿Cuándo se jodió España?":

Aunque la mayoría prefiera las ilusiones falsas a la realidad, España se desliza hacia un desastre económico y social sin precedentes, cuyo momento culminante será la quiebra de las cuentas públicas, a partir de la cual nos espera, en palabras del economista jefe de Bloomberg para Europa, “un largo valle de sombras”, donde van a hacer agua todas las grandes conquistas sociales de los últimos 50 años, desde la clase media, al sistema de pensiones, pasando por sistema nacional de salud y las prestaciones a los parados. Es evidente que la incompetencia oceánica, el sectarismo radical, y la carencia absoluta de sentido del Estado de Jose Luis Rodríguez Zapatero han acelerado el proceso, pero no es el único culpable. Nuestra ruina comenzó mucho antes.

 

Y entonces, ¿cuándo se jodió España? El origen es claro e inequívoco: el pactismo, la frivolidad y la mediocridad de los padres de la Transición, plasmados en la locura colectiva del ‘café para todos’, que dio paso a un modelo de Estado económica y políticamente inviable, en el que se inventaron 17 autonomías, contrarias en su mayoría a la realidad histórica y objetiva de España; a una partitocracia totalitaria que impide la separación de poderes y somete al Ejecutivo el resto de poderes del Estado; y a un sistema electoral no representativo de listas cerradas, que prima a las minorías nacionalistas, y permite a las oligarquías partidistas, confiscar  la soberanía nacional y expoliar a los ciudadanos sin que estos tengan  posibilidad de defenderse.

 

Lo que la Transición heredó y destruyó.

 

El periodo 1959-1975 fue el de mayor crecimiento económico de nuestra Historia, y con el mejor reparto de la riqueza creada jamás conseguido. En solo unos años, un reducido grupo de economistas, sin más ayuda que su inteligencia, convertirían un país atrasado en un país industrial. La cifra clave para demostrar ésta afirmación es el grado de convergencia con el grupo de nueve países que entonces constituían la CEE. De un 58,3% del PIB per cápita español en porcentaje del PIB medio de estos nueve países en 1959, pasaría al 81,4% en 1975, el mayor nivel de convergencia jamás alcanzado. Y en cuanto al reparto de la riqueza creada, la parte del trabajo alcanzaría el 56% del PIB, frente al 45% hoy, y un cambio social sin precedentes, la clase media pasaría del 19,8% en 1935 al 45,3% en 1975.

 

Pues bien, el desastre de la Transición, hundiría la convergencia hasta el 70,8% en 1985, y 32 años después, en 2007, el año de máxima convergencia posterior, no había podido superar la cifra de 1975, es decir, sería el 78,6% de los nueve países centrales, y probablemente no lo superará tampoco en los próximos 32 años. Por supuesto hemos crecido en riqueza absoluta, todo el mundo lo ha hecho, pero solo la convergencia, el crecer más que los demás, permite valorar la realidad.

 

En cifras absolutas, el colapso fue tal que de un crecimiento del 7,5% en el periodo 60-75, pasaríamos al 0,8% en 1975-85; el paro del 6% en 1974 al 36% en 1977; la inflación del 7% al 44% a mediados del 77, y la deuda externa superaría en tres veces las reservas del BdE. En solo dos años colocarían España al borde del colapso, evitado “in extremis” por Fuentes Quintana con los Pactos de la Moncloa, que dimitiría poco después por la irresponsabilidad de Oliart, siempre al servicio del poder, opuesto a racionalizar el sistema eléctrico. Otra cifra representativa: en 1975, España e Irlanda tenían la misma renta per cápita, 10.000 dólares. Hoy incluso con la crisis, la de Irlanda es un 40% superior a la española y la segunda de la UE.

 

La época de Aznar

 

No es posible en tan breve espacio mencionar siquiera muchos hechos clave y, para centrar las cuestiones de hoy, tengo que prescindir de Felipe González, una persona llena de luces y sombras, con gran sentido del Estado al contrario que Zapatero, pero que en lo económico cometió errores esenciales, la negociación de entrada en la UE por unas prisas que, aunque comprensibles, fue un desastre para España. Hubiéramos entrado igual sin ceder nada, como también fue un desastre la reconversión industrial, y la utilización de los excedentes de la Seguridad Social para financiar al Estado, 220.000 millones de euros entre 1982-96. En 1996, Solbes, un funcionario sin ideas y poco trabajador, dejaría España sumida en una grave crisis y el Estado casi quebrado.

 

Fue la hora de Aznar, que se encontraba en el sitio adecuado en el momento adecuado, unos cuantos tijeretazos al gasto, pero sobre todo la venta de las joyas de la corona, la privatización de las grandes empresas públicas, le permiten ordenar las cuentas y entrar en el euro, y a partir de ahí el ciclo alcista de la economía mundial nos llevaría en volandas: crédito ilimitado, bajos tipos de interés, y el inicio del boom inmobiliario garantizarían un crecimiento muy rápido. Por eso, cuando uno oye hoy al PP decir que ellos sacaron a España de una crisis y que lo volverán a hacer, uno no sabe si reírse o llorar, hasta Bibiana Aído hubiera pasado por un genio de las finanzas. Tanto es así que los dos mayores inútiles de nuestra historia económica, Solbes y Zapatero, consiguieron sin despeinarse crecimientos mayores aún en la parte final del ciclo alcista.

 

¿Supieron Aznar y su equipo gestionar la riqueza y la mayoría absoluta, y tomar las decisiones esenciales para garantizar un crecimiento sostenible y regenerar España? La respuesta es un no rotundo. Los defectos estructurales fueron tapados por la burbuja inmobiliaria, y no sólo no se abordaron, sino que resultaron amplificados y consolidados. El desbarajuste autonómico, en vez de ordenarse y limitarse, creció sin freno, y hasta el cupo vasco, en una negociación errónea y disparatada del ministro Rato, quedó reducido a menos de la mitad de lo que correspondía. Los monopolios públicos con precios regulados pasarían a monopolios privados con precios libres. Ni contención del empleo público, ni reforma del mercado de trabajo, ni reformas estructurales, ni nada de nada. Y en cuanto a regenerar España, ni siquiera lo intentaron, y hoy el PP con un líder sin convicciones, pusilánime e incapaz se encuentran en proceso de degeneración acelerado.

 

La época de Zapatero

 

El programa con el que Zapatero ganó las elecciones era correcto. Señalaba los problemas y abogaba por el cambio de un modelo económico insostenible. Pero una vez en el poder, un Solbes abúlico y sin ganas de meterse en problemas, que por otra parte desconocía, veía cómo la economía crecía sin saber por qué, mientras sesteaba y hacia sudokus, pero le daba igual, como el que la desigualdad creciera exponencialmente y el 10% más rico se apropiara del 70% de la riqueza; y no digamos Zapatero, dedicado a tiempo completo a la involución de España, a enfrentar a los españoles, a fomentar la homosexualidad y el aborto, al ataque sin tregua al cristianismo utilizando para ello el islamismo que aspira reconquistar Al-Andalus, a destruir el sistema de enseñanza pública que ha dejado de ser el ascensor social que fue en el pasado, y a la liquidación, en suma, de la nación española, “algo discutido y discutible”.   

 

Pero como era obvio, todo ha llegado a su fin, acelerado por la crisis mundial y por la delirante reacción de Zapatero ante la misma. Primero negó la crisis, después que estamos a punto de salir de ella, y su estrategia actual entra en el terreno de la demencia: para retomar el crecimiento, la chapuza de Zurbano y el cochecito eléctrico; para arreglar el déficit, acuerdo de austeridad con las CCAA, en 1.975 millones de euros, lo que gastan en cafés; para ocultar la quiebra de bancos y cajas, modificación de la Ley del Suelo; para ocultar la quiebra de las grandes constructoras y el hundimiento de la inversión pública, plan de infraestructuras absurdo, el 70% se invertirá en líneas AVE, una ruina  económica y solo unos miles empleos en su construcción, e hipotecando al Estado durante 30 años en condiciones leoninas. ¡Eso sí que es dinero de verdad y no el de los chorizos de medio pelo de Gürtel!  

 

Y así las cosas, los indicadores de oferta, consumo de las familias y mercado laboral del primer trimestre, en lugar de estabilizarse, muestran nuevos retrocesos, y en julio se culminará la mayor subida de impuestos de nuestra historia, cuyo efecto negativo sobre el PIB, como demuestran la evidencia empírica y los modelos teóricos, será tres veces mayor consecuencia del multiplicador -¿sabrá la Sra. Salgado qué es eso?–, lo que nos hundirá de nuevo en una profunda recesión, que ya no podremos arreglar  emitiendo más deuda o con menores tipos de interés.  En  unos meses estaremos como Grecia, pero con el doble de tasa de paro, más del doble de funcionarios por mil habitantes, el sistema financiero quebrado y unas cuentas públicas desbocadas, un 70%  fuera del control del gobierno. Da igual lo que digan el gobierno y sus secuaces, o que muchos cierren los ojos esperando un milagro. No habrá milagro alguno. El futuro llegará inexorable, mientras la mayoría silenciosa está más silenciosa que nunca, contemplando cómo destruyen su futuro, el de sus hijos y el de las próximas generaciones. 

Wit

Mike Nichols vuelve a exhibir su enorme talento, ya demostrado en obras como "Quién teme a Virginia Wolf", "El Graduado" y muchas otras. En esta obra de rasgos teatrales y asombrosos pasajes monologados, realizada para la televisión, Nichols se apoya en el libro de Margaret Edson y en una soberbia Emma Thomson para componer una bella, sencilla y contenida reflexión sobre la muerte, el encarnizamiento médico y la deshumanización de los hospitales. Los sutiles mensajes que se desprenden del sufrimiento cotidiano, del cuidado compasivo y de la extinción de la vida al modo parsimonioso en el que se consume un polo, serán más fácilmente percibidos por los que han tenido cercana la respiración entrecortada de la fría parca.

Reproduzco aquí el poema de los Sonetos Sagrados de John Donne que la profesora moribunda repite los días previos a su fallecimiento:

Muerte, no te enorgullezcas

aunque algunos te llamen poderosa y terrible

puesto que nada de eso eres,

porque todos aquellos a quienes creíste abatir

no murieron, triste muerte,

ni a mí vas a poder matarme.

Esclava del hado, la fortuna, los reyes y los desesperados

moras en el veneno, la guerra y la enfermedad.

También la amapola o el encantamiento nos hace dormir

y mejor que con tu golpe; ¿de qué te jactas?

Tras un breve sueño

despertamos a la eternidad

y la muerte dejará de existir,

muerte, morirás.

Los albores de la razón

Hay en Otiñar una extraordinaria concentración de testigos de la evolución geológica, de la prehistoria rupestre y de la antigua y balbuceante historia de los pueblos íberos. La Cueva del Plato es uno de los más interesantes exponentes de este lugar mágico. Javier Carrasco Rus y Mauricio Pastor Muñoz publicaron un avance al estudio de las pinturas esquemáticas encontradas en dicha gruta, que puede leerse en el siguiente vínculo de la Universidad de Salamanca:

http://campus.usal.es/~revistas_trabajo/index.php/0514-7336/article/viewFile/5194/5232

La santa indignación

Parece que en todo lugar, la avaricia de una buena parte de los políticos y los hombres poderosos, y el desprecio hacia el sudor y el esfuerzo de los contribuyentes sea algo inevitable. Pero la resignación, el conformismo y el adocenamiento bajo la idea de que no hay remedio y nada se puede hacer, contribuye eficazmente a que el tipo de político chorizo se perpetúe y se conduzca con mayor desenvoltura y desvergüenza. Así que ver a este periodista brasileño gritar a todo el mundo las verdades del barquero es emocionante y esperanzador.

http://www.youtube.com/watch?v=eppF4vcjb5E&feature=player_embedded

Es posible que este tipo de revulsivos no sirva de mucho. No por este tipo de reacciones renunciarán nuestros oportunistas y conchabados próceres a sus indecentes prerrogativas y rentas vitalicias, ni devolverá Roldán lo que mangó, y lo más probable es que el proceso judicial contra Matas en Mallorca quede en nada, como tantos otros, pero por lo menos se le grita en la cara a esa gentuza que no somos un hato de gilipollas que consiente todo o no se entera de nada, por algo se empieza.

El Sueño Eterno

El Sueño Eterno es aquí un título sin connotaciones cinematográficas, aunque el genio de Howard Hawks lo haya casi condenado a ser un inolvidable icono del séptimo arte. Muy por el contrario se trata de articular algunas reflexiones lo más atemperadas posibles en sentido fenomenológico respecto a la cuestión de la muerte humana.

 

La muerte del animal humano tiene unas implicaciones radicalmente diferentes de la de otros seres vivos. Es el único espécimen conocido que ejerce una continua actividad de autoconocimiento, con una componente tal de retrospectiva y memoria que lo distingue del resto de primates.

 

No obstante, en el orden de los primates se pueden observar comportamientos muy evolucionados como la forma en cómo una hembra de chimpancé se aferra durante días al cadáver de su cría con un apego conmovedor. O por el contrario cómo un grupo de bonobos, por ejemplo, puede descuartizar a un compañero de grupo, muerto recientemente, para devorar su carne, lo cual recuerda ciertos comportamientos humanos más elaborados respecto a disputas de herencia.

 

Es inevitable que el que mantuvo conexiones con un difunto, sentirá la extinción de una parte de sí, y la pérdida, que será en mayor o menor grado, dependerá de su proximidad espacial, temporal o intelectual, porque el que muere fue depositario de memoria de los que perviven, era un almacén de datos de los que ahora, compungidos, lloran su muerte. La letra hortera “algo se muere en el alma cuando un amigo se va”, con un desenfadado ritmo de sevillana, recoge fielmente para el vulgo esa realidad que siente el superviviente ante semejante tragedia con la que a la par que se pierde a alguien se pierde algo de nosotros, una versión, retrato o perspectiva particular acerca de nosotros.

 

Así pues, muchos aspectos de nuestra vida se extinguen con el cese de la actividad cerebral del muerto, muy probablemente aspectos inéditos para nosotros mismos si se trata de fallecidos que nos han conocido en la más tierna infancia, que han retenido imágenes, facetas, impresiones acerca de nosotros, los vivos, de las que nunca seremos plenamente conscientes.

 

De lo expuesto hasta ahora, que me parece indiscutible, podemos colegir que el momento de la muerte, el “exitus letalis” en términos médicos, constituye el acabose biológico, pero no siempre el personal.

 

Y no apelo ahora a cuestiones metafísicas sino a la memoria misma. El hombre que ha desarrollado una vida como persona, en el sentido orteguiano y especialmente en el sentido antropológico de Julián Marías, que se ha hecho cargo de su existencia, de sus posibilidades y de sus limitaciones, de su entorno familiar y comunal, ha crecido como persona, se ha potenciado tanto más cuanto mayores hayan sido sus conexiones con los otros, sus imbricaciones, si han sido múltiples e intensas, perviven en el interior de las cajas craneales de aquellos que le han conocido y es por lo que su figura personal no se extingue con la desaparición biológica. Más aún, en ocasiones históricas particulares, como en muchos casos de escritores, artistas u hombres de acción, su valor y mérito es descubierto o engrandecido precisamente tras su desaparición biológica.

 

Las consecuencias éticas y morales que de la cuestión de la memoria y la perduración de la personalidad pueden extraerse son innumerables, pero sin alejarnos de la perspectiva fenoménica, la conclusión de la vida, la clausura del individuo operatorio nada tiene de dramático para él, el deseo complaciente y cortés de que descanse en paz que se profiere ante otros a los que aún les late el corazón en el pecho, es vano y gratuito para el finado, cuyo descanso es tan evidente como lo es el aserto opuesto de que el movimiento se demuestra andando. La vieja fórmula romana: “Sit tibi terra levis” es más un piadoso consuelo para los que aquí quedamos.

 

A un día del fallecimiento de mi tío Juan. In Memoriam. 

El tontospray

El “tontospray” es un individuo estólido, con la misma sesera de un mosquito, que se aberroncha en las fachadas de los edificios garabateando horrendas y estúpidas firmas con pintura de aerosol. Su completa ausencia de personalidad y de capacidad expresiva la compensa con esta dañina y ridícula práctica que a los más destacados “tontosprays” les hará verse como unos grandes rebeldes artistas grafiteros, que por cierto es otra especie algo más evolucionada pero igualmente objeto de estudio para la entomología.

 

Ante esta grave incapacidad plástica, el “tontospray” no tiene otra forma de pasar a la posteridad que anhela si no es invirtiendo la importante cantidad de dinero que gasta en botes de aerosol, en una larga cuerda para practicar “puenting” sobre una concurrida autopista. Con un poco de suerte dejará estampada una firma definitiva sobre el asfalto de la que se hará eco al día siguiente la prensa local en las secciones de sucesos y obituario. Es a lo máximo que puede aspirar este alelado espécimen de artista urbano.

Hace ya seis años

El fragor que producen los medios de comunicación. La pesada rutina del trabajo o del desempleo, de las ocupaciones mundanas de lo cotidiano, han hecho emborronar en nuestro recuerdo los trágicos acontecimiento que tuvieron lugar en Madrid la mañana del jueves 11 de marzo del año 2004.

 

Siendo horrible el asesinato de 192 personas y la mutilación física y psíquica de muchos otros, esta circunstancia puede agravarse aún más si los inquietantes datos que se han ido conociendo a lo largo de estos últimos seis años terminan por concluir que el procedimiento judicial seguido fue una gigantesca farsa.

 

Quien más o quien menos, casi todo el mundo tiene la mosca detrás de la oreja y se malicia que algo muy oscuro y sucio hubo detrás de esa barbaridad acontecida en el corazón del reino tan sólo tres días antes de unas elecciones generales que cambiaron el signo político del país contra todos los pronósticos.

 

Hoy se han cumplido seis años desde aquella fecha. Nada nos ha salido a derechas desde entonces (omítase el doble sentido facilón). La ausencia de verdad, la falta de interés por la misma si no incluso su desprecio, nos está llevando a un relativismo repugnante, a un desprestigio generalizado en ámbitos internacionales, y en los últimos años a una postración económica insufrible. Quizá sea nuestro merecido karma por no anhelar justicia para los muertos y todas las pobres víctimas. http://www.youtube.com/watch?v=E5ddmpyHPrA

 

La Fiesta Nacional

La polémica de estos días en relación con la fiesta de los toros merece un atento análisis. Para la “opinión pública” primaria y pasional se presenta la cuestión en términos sensibleros y muy polarizados de la forma “blanco o negro” para que se tome partido inexorable por uno de los dos extremos, esa es la finalidad de las fuerzas políticas, en especial del nacionalismo miserable catalán.

 

Si se sigue la condena y prohibición de las corridas de toros, se estará del lado del humanismo izquierdista-nacionalista tolerante, democrático y civilizado, si por el contrario se sostiene la defensa de lo taurino, nos estamos deslizando por el lado del conservadurismo más rancio y montaraz.

 

La trampa está cuidadosamente ingeniada, y es prácticamente imposible escapar. Desde el punto de vista meramente tecnológico, que es el que cuenta, las cuestiones éticas internas al asunto tauromáquico carecen de importancia, lo realmente importante es tomar partido por un paquete ideológico u otro, y su objetivo es avanzar en el separatismo nacionalista catalán aprovechando este asunto, de manera que cuanto más visceral sea la disputa, más destaca el trasfondo de nacionalidad superior y revestida de legitimidad de Cataluña.

 

Ya digo que la polémica tramposa es casi perfecta, y cuenta con precedentes exitosos como las de las lenguas vehiculares en la enseñanza, la del matrimonio homosexual o la de la ley del aborto, en las que de la misma forma, a la facción promotora de semejantes mamarrachadas le importa una higa lo adecuado, prudente, demandado o consistente de sus imposiciones como mayoría partitocrática. Lo que de verdad importa es la capacidad de resaltar la división y el encono; los perros rabiosos que son la derecha y la iglesia católica española, caerán en la trampa, se verán atrapados por el cuello y cuanto más se debatan en sus protestas, con más fuerza quedarán anudados y sucumbirán asfixiados por su propia campaña contraria a propuestas progresistas, modernas, democráticas, que no admiten discusión desde el punto de vista de una colectividad infantilizada, cobardeando en tablas, carente de capacidad discursiva como es el electorado español.

Teniente corrupto

Para saber la pasta de la que están hechas las personas hay que conocerlas cuando están en dificultades. Todos somos buenos en condiciones favorables, la gran mayoría unos santos si la vida les sonríe. El hombre que es capaz de sostener un mínimo de nobleza o de generosidad en situaciones penosas o dolorosas, dignifica a los demás, al género humano si queremos decirlo de forma pomposa. Es quizás el mensaje que puede sugerir esta película en la que Nicolas Cage se nos presenta como un individuo rastrero, miserable, corrupto y enfermo; un pozo negro del que surgen algunos sorpresivos destellos luminosos.

El mundo de la vida

Esta es la fórmula con la que Husserl se refiere al ámbito inmediato de conocimiento, vivencia y convivencia del hombre. Su pensamiento es de una agudeza y profundidad todavía escasamente explorada; imbricado con la fenomenología hegeliana y con el existencialismo heideggeriano, es un ingrediente esencial en la filosofía caleidoscópica del siglo XX.

 

Como es natural se contrapone a otra fuerte corriente de pensamiento, al menos a su núcleo duro; se trata del positivismo, el Círculo de Viena y la filosofía analítica, que es la que impera aún en nuestros días. Y ese predominio lo percibimos constantemente en la segmentación de la realidad en campos y categorías difícilmente concurrentes como son las distintas ciencias, el arte, la política, la economía o los hábitos culturales. Esta segmentación de la realidad provoca a su vez la fragmentación del hombre y en consecuencia la deshumanización.

 

El mundo de la vida es el centro de la fenomenología, las percepciones del yo y del mundo como horizonte esencial de la realidad, al que estamos inevitablemente obligados a volver, con sus rasgos esenciales de espacialidad, temporalidad, corporeidad, lenguaje.

 

Ortega y Gasset adopta este método, porque método es antes que sistema, y trata de acomodarlo de forma muy personal y vitalista a la realidad española. Es muy conocida su frase “yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”; supone un compromiso radical con mi entorno, con los otros, con mi tierra, con los días que me han tocado vivir, conectados con el largo fluir de la historia.

Estosololoarreglamosentretodos.org

Estoy de acuerdo con este eslogan (pero sólo con el eslogan) que nos están empezando a vender (ya está por todas partes, en las paradas de autobús y en las vallas publicitarias de todo el país: http://estosololoarreglamosentretodos.org/), pero antes, unos pocos avisos para candorosos e ingenuos: Este montaje publicitario masivo va a costar una pasta (otro gasto improductivo), detrás están algunos amiguetes del gobierno, empresas y famosos acomodados, intimidados, alienados y/o malintencionados, además de las organizaciones cuasimafiosas que son las Cámaras de Comercio. Su finalidad es apuntalar a la estrella ZP por lo menos hasta que termine la presidencia de esa cosa de la comunidad europea.

 

La campaña debe ubicarse en el contexto que vivimos actualmente de marear la perdiz que ha iniciado el Presidente Rodríguez; téngase presente que el Monarca da el pistoletazo de salida instando al politiqueo a que lleguen a un gran pacto, así que en esas estamos, preparación de un pacto para llegar a una mesa del pacto que abrirá el camino a otra reunión para el gran pacto, mientras que se lanzan soflamas contra la oposición derechona y reaccionaria que no “arrima el hombro” (horrorosa expresión, repetida hasta la náusea). Toda la papilla preparada para la masa social española que está demostrando poseer unas tragaderas de dimensiones inconmensurables. La cuestión es que se están ajustando bien la venda antes de que llegue el gran porrazo, que, por cierto, está en puertas.

 

Pero, en efecto, esto lo arreglamos entre todos, no con mensajes vacíos y mendaces, sino informándose muy bien de la cruda realidad y apretándose los machos del calzón porque la que se nos viene encima es menuda (léase para mayor conocimiento “El crash del 2010” del economista catalán Santiago Niño).

 

Esta caja de los truenos que se abre ahora puede venir acompañada del agravamiento de rancios problemas como el trámite definitivo para la secesión de las autonomías desafectas o del acoso de Marruecos para hacer suyas las ciudades de Ceuta y Melilla, algo así ha ocurrido históricamente siempre en periodos de profunda crisis nacional. Pero aún peor sería un gobierno del PP, porque la progresía iría a degüello contra ellos haciendo uso de todo su poder de “agit-pro” por las medidas impopulares absolutamente imprescindibles que deberían tomar. Tal situación desembocaría en un quebrantamiento social insoportable (también existen experiencias similares en nuestra historia más reciente).

 

Así que no se debe perder la vista al toro, la situación en breve será de “economía de guerra”; empiecen ustedes por suprimir o reducir lo más posible su endeudamiento o al menos no se endeuden más, gasten lo imprescindible, ingenien modos de ingreso alternativo o complementario sin rechazar formas de trueque, manténganse unidos a sus familiares y amigos cercanos, no cuenten con más prestaciones del gobierno, ni pensiones, porque el estado español va de cabeza a la bancarrota, y el verdadero poder europeo que está en Francia, Inglaterra y Alemania no vendrá a salvarnos el culo, sino que lo más probable es que aquí entre el FMI como elefante en una cacharrería, nos ponga las peras al cuarto y observen la evolución (que no se descarta sangrienta) desde la barrera (sirva de ejemplo lo que está pasando en Grecia).

Los abrazos rotos

El cine de Almodóvar es, en esencia, un tratado acerca del encoñamiento. Al margen de su potencia y calidad fílmica, que es indiscutible, el mensaje tangible, es decir, el que se desprende de la mera narración, es la pasión erótica. La productora de su hermano ya lo dice todo: “El Deseo”. No falta en sus obras el pobre o la “pobra” llorando por las esquinas por su mala fortuna en amores, acompañado/a de todo tipo de obscenidades que vienen a consolidar la sublime libertad de expresión democrática que nos proporciona nuestro legítimo derecho al encanallamiento. “Spanish is different”, tan es así que un conocido y pintoresco arribista político homosexual declaraba no hace mucho, tener “orgasmos democráticos” tras la victoria electoral del Partido Socialista Obrero Español, en la misma línea de vulgaridades democráticas de nuestro cine más democrático.

Ultimatum a la tierra

El mito de la naturaleza prístina que es mancillada por la mano del hombre. Una historia contada ya mil veces, con cansinos resabios argumentativos, éticos y estéticos. Los justicieros alienígenas vienen en unos huevos luminosos para enmendar el desaguisado humano que sobre la pobre madre tierra se está ocasionando (véase para mayor comprensión las teorías apocalípticas del cambio climático). Se retoman sin empacho viejas narraciones como la del Arca de Noé, las langostas de las plagas de Egipto que se comen hasta los metales, ... la biblia en pasta, vamos.

Fundamentalismo democrático

El último libro del que probablemente sea el filósofo vivo más importante de España, analiza con profusión y dentro de las coordenadas del materialismo filosófico el fenómeno de la corrupción en la democracia existente. Muchas son las cuestiones que trata, entre ellas por su actualidad destaco el fenómeno del “complejo de Jesucristo” en la figura del magistrado Baltasar Garzón, en tanto que como un pantocrátor se ha erigido en juzgador de vivos y muertos a propósito de las víctimas y victimarios del franquismo, o la corrupción ideológica que anida en la nueva ley del aborto (en relación con este asunto apoyo la iniciativa http://majestadnofirme.com/ e invito al lector a que la visite y la secunde). Con todo, es clave la puesta de manifiesto de la nematología oscura y confusa de expresiones tan manidas y habituales como: “esencia del sistema democrático” o “espíritu democrático” con las que se les llena la boca a nuestros ilustres políticos.