Las fuentes del Genil
Fuentes altas del Genil,
entrañas de Sierra Nevada,
bien se entiende la llorada
pérdida del nazarí.
Si de sus aguas estás pendiente,
y en oyendo su rumor vital,
ya decir no podrás evitar,
como Tales, ¡sostén de todo ente!
A los pies de Muley Hacén
no es esta medida del hombre
ya que mascas la hecatombe
que la natura puede hacer.
Por una cuesta infernal
ascendieron presidiarios,
como dichos desgraciados
tampoco veíamos el final.
Dueños de la toponimia,
aquí ya no nadie se pierda
por mucho que un perro nos muerda
toda traba no sea nimia.
Sus quicios cartografiados,
en ge pe eses referidos,
senderistas decididos,
marchan ufanos, confiados.
Medid la hibris montañeros,
que a un disparate os dirige,
con este buen mapa os corrige
quien os tiene por compañeros.
A la vuelta ya algo rápida
su secreto al descubierto
no evitó que de algún muerto
noticia nos diera una lápida.
Quedan reflejos agosteños
de luna llena, no en cuarto,
¿cómo ha de verla un lagarto?,
¿tal que un ocelo en sus sueños?
Sea lector de lo escrito el juez,
si para con la verdad o es maraña,
si acaso es confundir una castaña
con lo que todos conocen por nuez.