Jeremías, 20, 17.
"¡Que no me hiciera morir Dios en el seno materno, de modo que la madre mía fuese mi sepulcro, y que fuese eterna su preñez! ¿Para qué salí del seno materno a padecer trabajos y dolores, y a que se consumiesen mis días en afrenta?"
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