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Pundonor

Si alguien quiere conocer de qué pasta están hechos la inmensa mayoría de los individuos que copan los más altos puestos de la cúpula política e institucional en España no tiene más que mirar detenidamente la imagen del encabezamiento y el vídeo de la que ha sido extraída. Javier Cercas ha glosado en su reciente trabajo “Anatomía de un instante” los sucesos acontecidos en este bendito país la tarde del 23 de febrero de 1981 en el Congreso de Diputados. Sólo tres diputados permanecen sentados en sus escaños después de que los guardias tiroteen el techo con sus ametralladoras: Santiago Carrillo, Adolfo Suárez y el Teniente General Manuel Gutiérrez Mellado; este último se levanta momentos antes y se enfrenta con los asaltantes permaneciendo impertérrito, con los brazos en jarras mientras se producen los atronadores disparos, es una actitud llena de grandeza a la altura del cargo que ostentaba como miembro del gobierno. El conjunto de escaños desiertos y las cabezas gachas de tan insignes representantes del pueblo, sólo pueden mover a la desolación y al sonrojo a los protagonistas de la imagen y a sus representados, incluso después de haber transcurrido casi treinta años de esta ignominia.   

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